Un descubrimiento casual que cambiará las baterías del futuro.
Existen muchos descubrimientos científicos que se han conseguido de manera fortuita e inesperada mientras se estaba buscando otra cosa, a esto se le conoce como serendipia. Hablando de memoria, la estructura del benceno, la penicilina, el Teflón o los Post-it son algunos ejemplos donde el azar, un sueño o una simple coincidencia pueden cambiar la historia de la ciencia.
Algo parecido ha vuelto a ocurrir en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde un grupo de científicos liderados por el químico Richard Kaner lograron un nuevo método más eficiente para la producción del supermaterial de moda, el grafeno. Hasta aquí nada que no estén intentando conseguir otros cientos de científicos en todo el mundo. Pero la verdadera sorpresa llegó cuando Maher El-Kady, un investigador en el laboratorio de Kaner, unió un condensador de grafeno a una bombilla LED, y descubrió algo que cambiará las baterías del futuro.
El grafeno saltó a la fama en 2010 cuando los investigadores de origen ruso Andre Geim y Konstantin Novoselovrecibieron el Premio Nobel de Física por sus revolucionarios descubrimientos acerca de este material derivado del grafito. Su método de obtención es barato y sencillo: necesitas un lápiz y celo. Basta con pintar en un papel, pegar el celo encima, y tirar. Después de repetir el proceso un par de veces, lo que queda en el celo sería grafeno. El problema es que, hasta ahora, no se había descubierto ninguna forma eficiente de producirlo a gran escala, de ahí todas las investigaciones que se están llevando a cabo actualmente. Por esa razón, el descubrimiento de los investigadores de UCLA es sorprendente, ya que para obtenerlo han usado algo que millones de personas tienen en sus casas: grabadoras de DVD con la tecnología LightScribe.
El proceso es igual de simple, rápido y barato. Colocan una capa de plástico sobre la superficie de un DVD, y luego depositan por encima una capa de óxido de grafito. A continuación insertan el disco en una grabadora de DVD y el láser de la unidad hace el resto, creando grafeno de alta calidad.
Este hallazgo es de por sí un éxito para los investigadores de la UCLA. Pero la curiosidad llevó a El-Kady un paso más allá: el joven científico conectó una pequeña lámina de grafeno a una corriente eléctrica y posteriormente a una bombilla LED. Descubrió que, tras un tiempo de carga de la lámina de apenas 2 segundos, la energía almacenada era capaz de alimentar la bombilla durante 5 minutos, una auténtica revolución. El material actuaba como un supercondensador.
Estoy seguro que a todos se nos ilumina la cara cuando pensamos en las posibilidades de este inesperado descubrimiento. A pesar de que las baterías de nuestros gadgets han ido mejorando, aún queda mucho por hacer, sobre todo por el inconveniente que supone el cargarlas. Las baterías tienen una gran capacidad para almacenar carga eléctrica, pero el tiempo de carga es prolongado. Por otro lado, los condensadores (como el flash de una cámara fotográfica) cargan muy rápido pero su capacidad de almacenamiento es muy limitada. Con este hallazgo, los supercondesadores de grafeno conseguirán unir las mejores cualidades de ambos: una gran capacidad para almacenar electricidad y unos tiempos de carga ridículos en comparación con los de las baterías actuales.
Pero es que además de usarlo para mejorar las baterías de nuestros smartphones o su posible utilización en los automóviles, al estar compuesto de carbono es biodegradable, por lo que se podría tirar en cualquier lado o usarlo como fertilizante, al contrario de las baterías actuales que contienen metales pesados y deben ser recicladas.
Esta curiosa historia ha sido finalista del Focus Forward, un concurso donde célebres cineastas de documentales cuentan historias de tres minutos sobre personas innovadoras que están cambiando el mundo a través de sus actos.
Fuente: www.labrujulaverde.com