¿Qué podemos hacer para potenciar la autoestima de nuestros hijos?

03.05.2013 16:35

La autoestima es el valor (positivo o negativo) que le damos a las cualidades personales, pudiéndonos valorar de manera positiva en algunos aspectos y negativa en otros.
Es durante la infancia y la adolescencia cuando la autoestima crea una marca profunda, dado que son etapas vitales donde nos encontramos más flexibles y vulnerables. La familia es el lugar principal de socialización, de educación y de aceptación de uno mismo. Es el lugar en el que una persona es querida por lo que es y se le acepta como es. La psicología infantil nos confirma que la valoración de la imagen que el niño va haciendo de si mismo depende de la forma en que va percibiendo que cumple con las expectativas de sus padres, en cuanto a la consecución de metas y conductas que esperan de él.

PAUTAS A SEGUIR

1. ¿QUÉ ESTILO EDUCATIVO TIENES CON TUS HIJOS?

Está demostrado que tanto el estilo permisivo como el autoritario traen consecuencias muy negativas para la autoestima de los hijos. La educación permisiva está muy presente en la generación actual, tanto por alejarnos de aquel estilo autoritario de nuestros padres y abuelos, como por nuestras altas exigencias en ese “rol parental”. El estilo más adecuado es el democrático, y los resultados de las investigaciones nos demuestran que cuando los padres ponen normas, elogian a sus hijos, negocian con ellos y les generan hábitos de comportamiento, la autoestima del niño se ve beneficiada.

2. ¿CÓMO ANDAS DE AUTOESTIMA?

Junto al punto anterior, éste forma parte fundamental del autoanálisis que es preciso realizar como padres. En función del valor que le demos a nuestras cualidades, cómo nos veamos en nuestro entorno social y qué actitud tengamos ante las responsabilidades y adversidades del día a día, así nos verán ellos. Hay que tener presente que para tus hijos, tú eres el número 1, la persona de referencia, en la que fijarse, a la que van a copiar en su forma de expresarse y de actuar. Ofrécele una visión de ti mismo realista, sana y equilibrada.

3. DALE RESPONSABILIDADES

Desde vestirse sólo, preparar la mesa, recoger sus juguetes o acompañarte a hacer la compra; todas son responsabilidad que, en función de la edad del menor, deberán ir asumiendo para su óptimo desarrollo psicológico. De esta forma el niño o niña entiende que es valioso, que tiene una responsabilidad dentro del hogar, y que el nosotros es más positivo que el “papá” o “mamá” a secas. Dando responsabilidades les enseñamos que solos no podemos con todo, que compartir es importante y la acción del otro es tan valiosa como la mía. De esta manera estamos gestando seres emocionalmente inteligentes y socialmente responsables.

4. ¿CÓMO LE HABLAS A TUS HIJOS?

La comunicación que tenemos que ellos es de suma importancia a la hora de fomentar la autoestima. Los precedentes de la autoestima, ya sea alta o baja, suelen ser pensamientos y frases, así como juicios, comparaciones; que el pequeño cuando es de corta edad no tiene capacidad para desarrollar por sí mismo. La autoestima que un niño pequeño tiene depende en gran medida de lo que oye, le dicen y de esos mensajes repetitivos que recibe, y que más tarde se los dice a sí mismo. Aquí os dejo un post de hace unos días con algunas frases para motivar a tus hijos.

5. ¿CÓMO ESCUCHAS A TUS HIJOS?

La relación con los hijos es bidireccional, no sólo nos tenemos que ocupar de hablarle de la forma inidicada en el punto anterior, sino que debemos aprender a escucharlos. Cuando lo hacemos, hay que hacerlo al 100%, es decir, ese tiempo que pasemos mientras nos cuenta que le han quitado una goma en el colegio ha de ser una escucha con todos nuestros sentidos. Esas son sus preocupaciones y así debemos de aceptarlas, aportando soluciones de manera conjunta. En la escucha no sólo incluimos la comunicación oral, es decir aquello que nos cuentan, sino que es de vital importancia toda transmisión de emociones, cuida de manera especial el contacto físico, y mientras te hablan utiliza también una comunicación no verbal. Sólo a través de las caricias, los abrazos y los besos como formas de expresión de nuestro amor el niño puede sentirse amado. Y al sentirse amado siente que tiene existencia, que es valioso por sí mismo.

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Carmen Berzosa – Psicóloga Infantil

Fuente: https://tusupernanny.es